CARLOS ALBERTO MONTANER
Andrés Oppenheimer acertó de nuevo. Hace unos años publicó Cuentos chinos y el libro se transformó en un bestseller casi instantáneamente. Su descripción del crecimiento económico de China, cuya economía en 1985 era del tamaño de la brasilera y hoy es la segunda del planeta, sólo superada por EE.UU., fue (o debió ser) una especie de aldabonazo en la conciencia latinoamericana.
Ahora Oppenheimer ha regresado con una obra aún más importante: ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las doce claves del futuro. La ha publicado Debate en México y es muy probable que se convierta en un componente esencial de la más antigua y viva de todas nuestras polémicas: ¿por qué América Latina es pobre y subdesarrollada? Desde que el uruguayo José Enrique Rodó publicó Ariel en 1900 estamos explorando el tema sin encontrar una respuesta universalmente satisfactoria.
Por esa discusión han pasado absolutamente todas las figuras relevantes latinoamericanas, desde Octavio Paz hasta Hugo Chávez, desde Carlos Rangel hasta Juan Domingo Perón, unos armados con palabras y otros con fusiles, pero todos convencidos de conocer las razones profundas que explican por qué los habitantes de Suiza, un país multiétnico, sin salida al mar y escasamente poblado, como los de Bolivia, tienen quince veces el per cápita de este país latinoamericano.
La tesis de Oppenheimer, como el dios Jano, tiene dos caras. Por una parte, están las raíces culturales, generadoras de una actitud poco práctica ante la vida. Es una sociedad pródiga en abogados y humanistas, que gradúa muchos más psicólogos que ingenieros o especialistas en informática. En ese sentido, paradójicamente, es un libro dentro de la tradición de Ariel, pero mientras Rodó reivindicaba el componente espiritual del hombre latinoamericano, contraponiéndolo al materialismo desdeñable del Calibán anglosajón (arquetipos que Rodó extrajo de La Tempestad de Shakespeare), a Oppenheimer le resulta lamentable ese rasgo predominante en Hispanoamérica.
¿Hay remedio para el atraso relativo latinoamericano? Sí, postula Oppenheimer, pero sólo si se produce una profunda y duradera reforma educativa. Ese es el otro caballo de batalla que recorre su libro capítulo tras capítulo. En lugar de continuar discutiendo sobre los males de la colonia o sobre los viejos y continuados errores de la república, hay que observar cuidadosamente cómo enseñan y aprenden los finlandeses, dueños del mejor sistema educativo del planeta; qué han hecho los israelíes en medio del desierto para construir una sociedad próspera, libre y altamente desarrollada; cuáles son los secretos del pequeño Singapur, una excrecencia geológica situada en el Pacífico, atiborrada de personas, cuya riqueza per cápita es mayor que la norteamericana.
Como Oppenheimer es un hombre práctico, sólo toma en serio los resultados. No pierde el tiempo examinando teorías. Sabe que en un mundo globalizado, regido por la competencia, en plena civilización del conocimiento, ganarán los más sabios, los más productivos y organizados, los más innovadores y creativos, siempre que cuenten con las instituciones adecuadas, y esas personas, lamentablemente, no abundan en nuestros pagos.
En todas las pruebas escolares internacionales en las que los estudiantes miden su dominio de las matemáticas, los latinoamericanos invariablemente quedan en los últimos puestos, casi siempre junto a los africanos. ¿Cómo vamos a competir adecuadamente contra europeos, norteamericanos, chinos o hindúes, si nuestras masas están notablemente peor educadas y nuestras élites no acaban de entender la importancia de la ciencia, la tecnología y la investigación original?
¿Hay algún país latinoamericano que se aparte del pelotón y muestre algunos elementos de excelencia educativa? No, de acuerdo con los datos objetivos. Ni siquiera Chile, que hoy está a la cabeza del continente. Ninguno. No hay una sola universidad latinoamericana entre las 200 mejores del planeta, y apenas comparecen tres o cuatro entre las primeras 500. Un pequeño estado, como Israel, registra anualmente más patentes científicas que toda América Latina con sus 550 millones de habitantes. Es verdad que los brasileros fabrican aviones, pero ese logro no lo convierte en una pujante potencia del primer mundo.
¿Por dónde se comienza a reparar este secular fracaso? Un amigo banquero, entusiasta incorregible, ha comprado 20 ejemplares de ¡Basta de historias! para regalarlos a los mandatarios latinoamericanos. Ojalá que lo lean. Pero, sobre todo, ojalá que lo entiendan.
Carlos Alberto Montaner es periodista cubano residenciado en Madrid.
Tomado de elcato.org
Búscanos en el Facebook
Artículos del autor
- Cigarras y hormigas
- Qué debe hacer un Estado democrático eficiente
- Carlos Alberto Montaner
- ¿Qué significa ser liberal?
- Qué significa Israel para mí
- El fin de Chávez y el gobierno cubano
- El efecto cucaracha
- Las diez señas de identidad de la izquierda estatista.
- !Fuera! !Fuera! !Fuera!
- Liberalismo y neoliberalismo en una lección
- Otra vez el fin de la Historia
- Siete lecciones de Taiwán para América Latina
- La República contra el Caudillismo Neopopulista
- El alto costo de los presidentes -payasos
- Lo que América latina puede aprender de Israel
- Dos mitos chinos
- El verdadero camino del desarrollo y la equidad
- El acordeón y la crisis
- La necesidad de la "coherencia emocional"
- La culpa fue de Marx
- Argentina contra España
- América latina: una encrucijada, varios caminos
- Expropia, que nada queda.
- La libertad económica y sus enemigos
- La ignorancia y la economía
- América Latina: mercado y democracia. Historia y radiografía de un fracaso.
- El totalitarismo y la naturaleza humana: Cómo y por qué fracasó el comunismo
- Otro ataque a la justicia
- España ¿Crisis o fracaso?
- Por qué se hunde Europa
- Paraguay y Fernando Lugo
- Keynes y la corrupción
- Diez libros contra la idiotez política
- Un hombre crece bajo la hierba
- ¿Qué es el friedmanismo?
- Chávez y la trampa que se avecina
- Diez razones para votar contra Chávez
- Por qué no florece la primavera en el mundo islámico
- La Iglesia, las desigualdades y el error
- El socialismo mata
- Las falacias del igualitarismo
- Por qué fallan algunos Estados Latinoamericanos
- Ecuador: Los fabricantes de burbujas
- El capital sicológico
- Los jueces y los amos
- Cómo crear empleos
- Ecuador y las siete razones de su negro fututro
- Cuando los caudillos desaparecen
- Jueces a la venta en Latinoamérica
- EE.UU.: otra vez Jefferson contra Hamilton
- La libertad de las mujeres
- Dictaduras del siglo XXI
- La triple herencia de Hugo Chávez
- Devórame otra vez
- La vida de Capriles y el poder de Maduro penden de un hilo
- La técnica de la domesticación humana
- ¿Dónde está América Latina?
- Un "think-tank" al servicio del mundo
- ¿Para qué sirve un Presidente?
- Buenas y malas
- Pa' que se acabe la vaina
- La educación y el cinismo
- Brasil y el diluvio que se viene
- La buena educación
- La arrogancia y el error
- El marxismo y otros errores
- Árabes "buenos" y "malos"
- El lenguaje y el totalitarismo
- Por qué Estados Unidos espía al Brasil
- ¿Libertad para qué?
- La funesta manía de pensar
- El precio de ser libres
- Para educar a Maquiavelo
- El manicomio argentino visto desde afuera
- Cuba y las dos monedas
- La paradoja chilena
- La grandeza de Mandela
- El Papa Francisco, Michele Bachelet y el mercado
- Las cataratas ideológicas
- La CELAC contra la Carta Democrática Interamericana
- El Estado proxeneta
- Los partidos se alternan, los sistemas se reemplazan
- Maduro y los cubanos
- El legado de Hugo Chávez
- Rusia y la nueva guerra fría
- Adolfo Suárez y Cuba
- El Vía Crucis venezolano
- Cataluña y España
- Zunzuneo e hipocresía
- Siete razones para oponerse a la reelección presidencial
- El secreto de los Estados totalitarios
- Chile: ¿Para qué imitar a Venezuela cuando se puede emular a Suiza?
- Las siete razones de Washington para oponerse a la reconciliación con Cuba
- Algún día Dios despertará
- El chavismo se quita la careta
- El misterioso caso de los comunistas incapaces de aprender
- La sana lucha por la desigualdad
- Brasil tras la derrota
- Para salvar a los palestinos hay que erradicar a Hamás
- Rumbo al Norte
- El renacimiento de la República
- Salvar a los Yazidis
- Colombia y la farsa de la reconciliación
- El olor de la sangre
- ¿Quiénes son los idiotas?
- La gran lección de Hong Kong
- El terremoto brasilero
- La desesperada ofensiva de Raúl castro
- El tamaño sí importa
- Podemos es peor que la corrupción
- El día de la ira y la ilusión
- En México la corrupción lo ha podrido todo
- Pablo Iglesias o el mentecato ilustrado
- Bachelet de espaldas al Chile moderno
- María Corina Machado y sus carceleros
- No torturarás
- La normalización
- 2015, el año en que viviremos peligrosamente
- Rápido, llamen a Voltaire
- Los cinco errores de Obama en su nueva política sobre Cuba
- Maduro huye hacia adelante
- ¿Cuánto le ha costado la revolución cubana al mundo?
- Venezuela, el país convertido en ruinas
- La hora de los monstruos
- Entre los comisarios y el mercado
- Índice y decálogo de los países desdichados
- Epitafio para enterrar a Lee Kuan Yew
- Panamá: la cumbre de los países desnortados
- La corrupción y sus tres enormes daños
- Una dictadura con rascacielos
- Elogio de la incertidumbre
- España necesita un Pacto de Estado
- Siete advertencias sobre la nueva política cubana de Obama
- Las tres tentaciones del chavismo
- ¿Cuando comenzará la decadencia americana?
- El Papa Francisco y el debate sobre los pobres
- Historia genital de la revolución cubana
- Libertad o prosperidad: el falso dilema
- El comienzo de otra historia: democracias liberales contra liberales
- El nuevo panorama cubano
- ¿Invertir o no invertir en Cuba? Análisis FODA
- La vía china hacia el fracaso
- La hora terrible de los hombres fuertes
- La batalla de las percepciones
- La inmigración e Israel
- El Papa y la pobreza
- El Liberalismo frente a la fatal atracción del Neopopulismo
- Emigrar o morir: la hora de la compasión
- Los cinco errores del Papa
- El fin del populismo en Argentina
- Gracias, Dios mío, por el mercado y la libertad
- La primavera latinoamericana
- La pata podrida
- El peligroso paseo del tigre
- Cuba y las tres preguntas
- La inacabada guerra fría
- Una calamidad llamada Evo
- La guerra nuestra de cada día
- Los machos alfa también pierden
- Es la incoherencia, estúpido
- Obama en Cuba
- Siete advertencias sobre la nueva política cubana de Obama
- El síndrome populista
- Cuba, Obama y la ley de las consecuencias necesarias
- Lo que el mundo se juega en las elecciones americanas
- Tres consecuencias de la crisis brasileña
- La nueva guerra fría
- Aplastad la hidra de contrarevolución con el terror masivo
- Cómo protegerse de la bomba migratoria y proteger a los inmigrantes
- La difícil tarea que le espera a PPK
- ¿Arderá Europa?
- No lloren por Estados Unidos todavía
- Niza y los números sobre la mesa
- La convención de Donald Trump
- La revolución es exactamente eso
- Plebiscito colombiano: la pregunta clave
- Chile vuelve a las andadas populistas
- El lenguaje y el totalitarismo
- Dictadura militar, fase final del Socialismo del Siglo XXI
- No solo de libertad económica vive el hombre
- Colombia y su atroz futuro
- El NO colombiano como verdadera oportunidad para la paz
- Santos, el Nobel ¿y ahora qué?
- La corrupción y la historia
- Nicaragua o el eterno retorno a la barbarie
- Hillary, Trump y dónde está la fortaleza americana
- Por qué ganó Trump
- La Historia no lo absolverá
- Cuba: anatomía del terror
- La disyuntiva de Raúl Castro
- Trump, China y la trampa de Tucídices
- Trump, China y la trampa de Tucídices
- La segunda guerra fría
- De pies secos y mojados
- Donald Trump en la Casa Blanca
- Europa está aterrada
- Trump no entiende lo que significa EEUU para el mundo
- La revolución de la honradez
- ¿Estamos en presencia de un gobierno populista?
- Rafael Correa y el síndrome populista
- Anatomía del racismo
- Venezuela fallida
- Prefraude, fraude y postfraude en Ecuador
- ¿Caerá Nicolás Maduro?
- El continente invisible
- Todo el poder para las empresas de gerencia pública
- Trump y Putin, o las amistades peligrosas
- Debe castigarse a los cómplices de la indecencia
- Corrupción e historia
- Venezuela al borde del abismo
- Lula y la corrupción latinoamericana
- Modelo para armar países revolucionarios
- Por qué ha fracasado la economía cubana
- La apresurada educación de Donald Trump
- Deshojando la margarita coreana
- Los hispanos y la grandeza americana
- Delincuencia y revoluciones
- De huracanes y comunismo
- El huracán María y el destino de Puerto Rico
- El Rey y los catalanes
- La revolución bolchevique: un siglo de fracasos
- Los revolucionarios radicales no aprenden ni olvidan
- Timochenko, presidente de Colombia